Se está por estrenar la película, sí. Algún trailer he visto. Pero yo estoy viviendo, aquí y ahora, la confusión posbabélica. Ese momento en el que nadie se entendía porque Dios separó los lenguajes. O algo así. La cuestión fundamental es que nadie se entendía porque... todos hablaban un lenguaje incomprensible para los demás.
Pues bien, ¿acaso no asistimos a la degradación del lenguaje, al punto de no poder hacernos entender; al punto de no entender lo que el otro dice?
Es que se dice muy mal por desprestigio del "buen uso" del lenguaje. Y juro que escribir "buen uso del lenguaje" me da resquemor también a mí, me siento una especie de personaje antediluviano (algo así como un redactor de "La Prensa", que aboga por "la pureza del idioma".
Y juro que no se trata de eso. Lo que sucede, mis queridos, es que si seguimos así, ¡no vamos a poder saber de qué se trata! ¿O nadie tuvo que pedir que repitieran un mensaje de correo porque no sabían si afirmaban algo (sí) o ponían condiciones (si...). Vamos...
¡Hasta la gente de Puán (léase Letras de la UBA) tiene errores gramaticales y hasta de ortografía! Todo bien, hasta que esos errores... me impiden decodificar... Es decir, me llevan al estado posbabélico. No sé de lo que hablan...
En fin, a ver si le damos bola al lenguaje... la torre ya la levantamos. El Señor se enojó (será el señor de la Academia, que para peor se llama De la Concha?). ¿Cómo seguía la historia bíblica?
Escribo en medio del infierno, en larguísima oficina sin separaciones, carente de aire acondicionado, así que disculpen la falta de originalidad, la prosa sin sorpresas, la poca imaginación. Qué le va a hacer.
Hasta la próxima.
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