25.1.07

¡Bambi no era huérfano!

Una nota para sacarle el jugo la de la revista Viva del pasado domingo 21 de enero. Primero, saber que la novela origianal cuya versión cinematográfica en dibujos animados debemos al "bueno" de Walt Disney no perdía a su mamá a manos de un malvado cazador, sino que era "abandonado" por la susodicha para seguir su instinto vital, digamos.

Luego, la figura del autor de la novela da para analizar. Judío, miembro de la elite cultural de la Viena de entre guerras, una vida que merece sacarse a la luz. Esa Viena que, después del nazismo, he leído por ahí que nunca volvió a ser lo que era. Una Viena cuyos sones alegres de un vals se apagaron para no volver.

También es una nota que sirve para recordar, por supuesto, cómo una novela impregnada por el psicoanálisis y el enfoque social se convierte, gracias a la magistral monstruosidad de la maquinaria hollywoodense, en un producto espurio, pese a la dulzura e ingenuidad de los grandes ojos del cervatillo inocente.

Más (me quedo corta de conjunciones) aun; un desafío seguir el hilo de las cesiones de derechos. Y luego las peleas en los tribunales para poder sacar una tajada decente de ese descomunal pastel con el que se relamen los productores norteamericanos.

Por último, y aquí lo suculento a la hora de buscar un personaje "de novela": el traductor al inglés, un joven comunista, devenido agente de la policía soviética, que luego se convierte en crítico del régimen stalinista para terminar... siendo amigo del presidente Nixon. Si ahí no hay una historia para contar, ¿dónde?

Mi aporte de día. Y mi reflexión como editora: Qué ganas de ver el libro traducido al español (no de la versión en inglés, ¿eh?), con un buen "bigote" que diga algo así como "aquí, la mamá de Bambi no se muere"... ¡Epa! Tengo que averiguarlo, porque no creo que la idea se escape a publishers de categoría...

Hasta la próxima.

Editado el 25 de enero, para los desprevenidos (como yo) que se desayunan sobre el tema.
Sucede que no encuentro la versión electrónica del artículo de la revista que viene con Clarín.

El autor de Bambi, una vida en los bosques (la novela, de 1923) es Félix Slaten (Budapest, 1869). Llegó a ser presidente del PEN Club de Viena, pero se tuvo que alejar y emigrar a Suiza (era judío y los nazis, bueno, ¡los nazis! Fue definido por Disney como "un amateur de las letras". Sin palabras.
En estos momentos, se está realizando una muestra en el Museo Judió de Viena para rescatar su memoria. Si alguien es muy afortunado, puede concurrir hasta el 18 de marzo de este año.


El traductor fue Whittaker Chambers (en la nota dice la autora, Marina Aizen, acerca del entonces joven Chambers "pero ésa es otra historia". Ya lo dije en el post inicial, otra historia, y qué historia!

Slaten le vendió derechos de otros textos suyos a productores de Estados Unidos. Hay gente que no aprende... o necesita sobrevivir.

La película se estrenó en 1942. Y fue ¡un fracaso!


No hay comentarios y dudo que lecturas. Esto me hace pensar para quién escribimos (el para qué lo tengo un poco más claro). En fin, no es que uno pretenda definir para quién; uno se pregunta si esos quiénes existen, porque el deseo es que estén allí... Si no, ¿por qué hacer públicos los escritos... Y si ese deseo se hace realidad, y algún "quién" necesita algún dato más de la nota, que lo requiera nomás.


Hasta la próxima.

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