3.11.11

Esta mañana te soñé..., Camilo.

Esta mañana te soñé..., Camilo. ¿O te deslizaste, felinamente sutil,
por alguna rendija, hasta mi duermevela?
Y me  hiciste saber, a tu personalísima  manera, 
sin gestos, sin sonidos,
que no olvidara dejar para vos tu agua fresca.
Y yo, que te sé tan cerca, ahora mismo pondré, 
en los rincones de mi sueño
y en los que frecuentabas,
una fuente azul para que sacies tu sed,
y pueda yo aliviar la fiebre 
de mi nostalgia.

3 comentarios:

  1. Anónimo19:07

    Se me hizo un nudo en la garganta...
    Lau

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  2. Gracias, Lau. Te entiendo porque los amamos. Por eso ¡qué importa un sofá arañado o un cortina agujereada! Un abrazo.

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  3. No podía ser más dulce! Bellísimo!

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