19.5.04

¿Blumberg se fue de pista o mostró la hilacha?

El justiciero de la clase media, el señor Blumberg, metió soberamente la pata. Ha declarado que el adolescente Bordón, un chico de clase baja, asesinado por las "fuerzas de la ley", desaparecido durante muchos días, hallado con señales de haber sido torturado, "se portó mal", "se drogaba" y "hasta atacó a la policía". Hay que diferenciar los casos, ¿no? Claro, con semejante conducta, ¿no se puede justificar la reacción de las autoridades? ¿Exceso? ¡Claro! Se excedieron con el castigo, no confundamos. Suena conocido, ¿verdad? Hubo excesos... en la represión.
Axel, en cambio, un impoluto rubiecito, atlético, con un futuro brillante, no es lo mismo que Sebastián Bordón, morochito él, pobre él. Pobre él.
Ahora no se retracte, Blumberg. Sea honesto, Blumberg. ¿De dónde sacó los datos, Blumberg?
Y señores padres de Sebastián: basta de justificarlo, basta de tener que probar que fue una víctima. ¿Y si hubiera estado drogado, qué? ¿Y si hubiera tomado una botella de vodka antes de que lo dejaran en manos de la policía, qué? ¿Y si hubiera atacado a un policía que pretendía reducirlo, qué? ¿Se merecía que lo mataran? ¿Que "lo desaparecieran"?
Algo huele mal en la Dinamarca del príncipe Blumberg.

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