28.7.05

Saúl Yurkievich

En Francia, no en "la" Autopista del Sur, sino en una carretera del sureste, cerca de Avignon, terminaron los días de Saúl Yurkievich.

Una asociación fácil (algún medio ya habla de que el accidente fue en "una" autopista del sur) nos llevaría a pensar que su amigo, el Gran Cronopio, lo esperaba al final del camino, con una media sonrisa asomando bajo la barba, sus ojazos azules, un vaso de whisky en la mano, y el aspecto adolescente que se dice no lo abandonaba.

Sí, es una imagen forzada. Pero ¿por qué desecharla, si ayuda un poco a hacerle fintas a las truculencias de la parca?

Saúl Yurkievich, in memoriam.

18.7.05

Feminismo de entrecasa (y bueh...)

Siempre me pareció injusta, excesiva y manipuladora la frase a la que los hombres suelen recurrir para defenderse de algún "reproche" respecto de su no-participación en alguna tarea vinculada con el "mantenimiento" del hogar. Me refiero a "Yo trabajo" o, peor, "Con TODO lo que yo trabajo...". Esta frase obtura la réplica, porque apela al sentimiento de culpa. Especialmente si ÉL es el que aporta el sueldo más alto o es directamente el único que lo hace. Y, convengamos, la imagen que hace evocar es la de un esclavo de la gleba que vuelve de las labores al que, además, le pedimos que se haga cargo de traer unas flores para adornar la choza.

Como nada mejor que una voz "autorizada" para corroborar nuestras posición, esta frase de un libro cuya autora es una psicóloga suiza (de la editorial Jouvence, aclaro porque no es autoayuda "barata"), me dio alivio y una base de sustentación para contraatacar sin remordimientos.

Dice la buena de Christel Petitcollin en su obrita Comunicarse bien con los hijos que estoy editando, a propósito de los padres que vuelven a casa después de que ha pasado la "hora trágica" del baño y la cena de los niños, porque se han quedado más tiempo del necesario "trabajando" en la oficina, y con la frasecita de marras quedan como duques ante la "mujer al borde de la crisis de nervios" que les reclama mayor colaboración:

Señores, les pido por el amor que sienten por sus esposas y sus hijos:
dejen de jugar a "yo soy un hombre abrumado de
trabajo"
.

Eso, déjense de joder... digo..., de jugar con nuestra mala conciencia.

10.7.05

Raymond Chandler y los "candidatos" a escritores

Dice Raymond Chandler en “Perlas Cultivadas” (Revista Ñ del sábado 2 de julio):

“Mi experiencia tratando de ayudara otra gente a escribir ha sido limitada pero
intensa. He hecho de todo, desde darles dinero para vivir a presuntos escritores
hasta hacerles el argumento y rescribirles las obras. Creo que es una absoluta
pérdida de tiempo. La gente a la que dios o la naturaleza destinan a ser
escritores encuentra sus propias respuestas, pero para los que tienen que
preguntar, la ayuda es imposible. Son sólo personas que quieren ser
escritores.”

Contundente, un poco cruel, pero ¡cuánto de cierto hay en este concepto! Una buena frase para empezar a plantearse qué fue de los talleres literarios, que tuvieron su época dorada, frecuentados por muchos que esperaban “convertirse” en escritores.

Otra: la ímproba labor del redactor o del editor, que tiene la frustrante sensación de no saber muy bien quién es el verdadero autor de ese texto que ha “rescrito”.

Para seguir pensando.