24.7.04

Silvio (también) sinfónico

En la Plaza de la Revolución, un obcecado Silvio Rodríguez sigue siendo él mismo, y por eso nos sorprende cada vez. Esta, en un concierto con orquesta sinfónica dirigida por Leo Brower, como clausura del Primer Encuentro Nacional de Orquestas Sinfónicas del país (es decir, Cuba, claro).

Y el necio, el reparador de sueños, el aprendiz de brujo (vaya con la casualidad) recordó al amigo de la Revolución que se fue, pero cuyo "polvo enamorado" se esparcirá por la isla que resiste...

Grande, Silvio.



 

23.7.04

Antonio Gades, ese gallo de riña

Hubiera querido escribir sobre él, pero la emoción hace mala yunta con la buena literatura (que, en este caso, era "simplemente" encontrar algunas palabras adecuadas).

Por suerte, Susana Viau, en Página/12, hoy dijo lo suyo, con excepcional estilo. Se lo agradezco sinceramente: http://www.pagina12web.com.ar/diario/contratapa/13-38607.html?PHPSESSID=311d36bc39df9fa2ac22739b6b8fd5e7

En otro blog, quizá consiga evocar la figura del maravilloso bailarín, un talento de la danza que no le escatimaba pasión del flamenco, pero lo depuraba del kitch o de la exageradas mañas for export.

Ahora, sólo quiero recordar que Antonio no levantaba una molécula de polvo cuando hacía estallar las tablas del escenario con sus pasos inigualables,  sin un gesto de más, porque lo suyo le nacía de las entrañas pero pasaba por el tamiz de su intelecto. Conjunción que impedía la artificiosidad efectista y convocaba la magia, la verdadera magia.

Gracias por tu fuego, Antonio Gades, que seguiste siendo, como te gustaba decirlo "de izquierdísima" y nunca, como cuenta David Viñas que denunciaba Arturo Jauretche, te subiste a un caballo por ese lado para desmontar por la derecha. Y si ahora decir "izquierda" o "derecha" parece que no significa nada (gracias a los desemantizadores mediáticos), que se lea bien la declaración de principios que encierra esa frase.
 



3.7.04

Disculpe el señor

La pucha que están molestando estos piqueteros. Si serán: cortan rutas, se le atreven a la policía cuando les matan los dirigentes. No dejan vivir.

Los "tafaxistas" de Buenos Aires, fieles escuchantes de Radio 10, se indignan: así no se puede laburar. ¿Qué hacen estos tipos? Nada, viven de nosotros, que pagamos los impuestos para que ellos cobren los subsidios. Si estos no quieren saber nada de trabajo...

¿Y la clase media? ¿Cómo era? ¡Cacerolas, piqueteros...? ¿Piqueteros, cacerolas...? Sabés que no me acuerdo...
A la timorata clase media, poco habituada a calzarse ad hoc para fintearle a la montada, no le pareció mal "unirse" al pueblo trabajador, porque había quedado con los bolsillos sin un cobre, esquilmada por el sistema capitalista que supo conquistar. Entonces, los piqueteros eran (casi) "como uno", la lucha era la misma, todos hechos bosta por el Estado posfordista...

Pero ahora que se reacomodó --aunque sea a costa de comprar segundas y terceras marcas--, y hasta logró conservar la heladera con freezer, el auto, las salidas de los fines de semana largos y las vacaciones (haciendo patria, of course, que ya no hay uno a uno), ahora, a doña Clasemedia, estos pobres que se ideologizan, se politizan y se movilizan..., vamos, se hacen notar, no le gustan nada. Nada. ¿Cómo era eso de "cacerolas, piqueteros..."? No, no me acuerdo, ¿me hablás a mí?

Y cada vez hay más. Son muchos, che, son muchos... Algo hay que hacer, che. ¿No hay justicia? ¿Y mis derechos humanos? ¿Por qué no protestan civilizadamente? ¡Una fuerza de seguridad aquí!

Quelevachaché. "Como decía un catalán"...:

Disculpe el señor,
se nos llenó de pobres el recibidor
y no paran de llegar,
(...)
Y como el señor dice que salió
y tratándose de una urgencia,
me han pedido que les indique yo
por dónde se va a la despensa,
y que Dios se lo pagará.
¿Me da las llaves o los echo? Usted verá
que mientras estamos hablando
llegan más y más pobres y siguen llegando.
¿Quiere usted que llame a un guardia y que revise
si tienen en regla sus papeles de pobre...?
¿O mejor les digo como el señor dice:
"Bien me quieres, bien te quiero,
no me toques el dinero...?"
Disculpe el señor
pero este asunto va de mal en peor.
Vienen a millones y
curiosamente, vienen todos hacia aquí.
Traté de contenerles pero ya ve,
han dado con su paradero.
Estos son los pobres de los que le hablé...
Le dejo con los caballeros.
(...)
Si me necesita, llame...
Que Dios le inspire o que Dios le ampare,
que esos no se han enterado
que Carlos Marx está muerto y enterrado.


(La canción del Nano, completa, está en Cancionero de Trovadores.)